Suelo pélvico, ¿qué podemos tratar?
El papel de la fisioterapia en la reeducación de las disfunciones uro – androgenitales masculinas es poco conocido.
La patología en el suelo pélvico masculino tiene un impacto negativo en muchas aspectos: psicológico ( autoestima, vergüenza), social (aislamiento), sexual. Todo esto implica una disminución en la calidad de vida del hombre.
El papel de la fisioterapia es esencial en el tratamiento de las siguientes disfunciones:
Incontinencia fecal: De origen anal: debido a hipotonía musculatura o a alteración de los reflejos propios de la defecación. De origen rectal: disminución de la sensibilidad o de la continencia rectal por causas tales como cáncer de recto.
Estreñimiento terminal por un cierre anormal del sistema resistivo o aumento anormal del sistema capacitivo del recto.
Disfunciones sexuales masculinas, disfunción eréctil, eyaculación precoz y curvatura del pene. En este caso el tratamiento es multidisciplinar recayendo mayor peso en el psicoterapeuta junto al andrólogo y fisioterapeuta.
Dolor perineal: neuralgia ano-rectal (dolor provocado por fistula, fisura, hemorroides), síndrome del canal de Alcock( por atrapamiento del nervio pudendo) o Prostatitis crónicas.
Patologías prostáticas o vesicales: adenoma prostático, cáncer de próstata y de vejiga. Las consecuencias más directas de estas intervenciones son INCONTINENCIA URINARIA AL ESFUERZO, hiperactividad vesical y/o insuficiencia esfinteriana.
Incontinencia urinaria: incontinencia de urgencia, incontinencia de desbordamiento o incontinencia miccional.
Gracias a la fisioterapia
La fisioterapia ayuda al paciente afectado de cualquiera de estas disfunciones ya sean por consecuencia de intervenciones quirúrgicas por neoplasias o por otros orígenes a mejora su calidad de vida.
Los objetivos del tratamiento en fisioterapia son: acelerar el proceso de reparación y regeneración tisular, mejorar la funcionalidad de los tejidos fibróticos/adherencias, tonificación muscular, propiocepciónneuro-muscular del nuevo “sistema”, estabilizar mecanismos neurológicos de control de la micción e intervenir en los hábitos comportamentales adecuados.
